Este fin de semana me he dado el gustazo de viajar a Madrid para celebrar el cumpleaños de un amigo. El sabado tuve la oportunidad de disfrutar de la maravillosa oferta turística que ofrece nuestra capital en fin de semana: viaje en metro (donde presencié en directo un robo de cartera typical madrilensis), cena en una tasquita cerca de Sol y cañas en La Latina, en una terraza (con dos cojones), hacía una temperatura ideal oiga.
Este amigo mio es algo "friki" así que me estrujé un poco la cabeza para intentar regalarle algo que pudiera hacerle ilusión. Al final, despues de mucho pensar, solo se me ocurrio llevarle un Lego de Star Wars :-D (estas tonterías solo se me ocurren a mi). El caso es que, tras el correspondiente saludo, nos pusimos a montar el engendro diabólico. Nos llevó cerca de una hora montar el bicho. Aquí podéis ver el resultado:
El caso es que disfruté como un niño pequeño. Un lego, un par de birras y unas risas con un amigo es todo lo que hizo falta. A veces, las cosas más simples son las que más nos hacen disfrutar. Mañana vendo la ps3 y, con lo que me den, me compro el Lego del Halcón Milenario ¡horas de diversión asegurada! ¡Estáis invitados!
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